"Hace cuatro días que estamos en Víznar, un pueblo que no busques en el mapa y que está a dos horas de Granada. Hay un palacio abandonado con unos jardines muy bonitos que servirán para aumentar la colección de los que pinto" En Viznar encontró Rusiñol el estado ideal para la inspiración, el trabajo, el reposo y la reflexión La vegetación y la luz cambiando con el paso de las horas y los días le sirvió a para verter en el Jardín Abandonado la melancolía, el sentimiento de calma y soledad, de abandono y de ensueño que él mismo sentía El Jardín Abandonado simbolizada la soledad y la quietud Dibujo de Mélani